Todo en orden

Los lápices siempre deben estar en el mismo orden para poder pintar era lo que pensaba el pequeño Manolo. Pensaba que demasiado desorden podía provocarle un ataque al corazón incluso, por lo que siempre era muy meticuloso al dibujar. Creaba dibujos muy bien ejecutados que gozaban de un gran orden que asombraban a los adultos por su organización. Manolo creaba arte con sus manos, aunque en realidad solo era una forma de deshacerse del estrés que le causaba que el mundo fuera tan desordenado e imperfecto. Así que cuando el pequeño artista veía sus creaciones se sentía completamente satisfecho.