Uno, dos, tres contaba la chica que saltaba la cuerda en el patio de su casa. Aquello la distraía de los problemas matemáticos que se supone debería estar haciendo. Nada de fracciones y algebra para ella quien se dedicaba a saltar. Tampoco pensaba en que su mamá ya no amaba a su padre y viceversa. También le gustaba pensar que con cada salto sus preocupaciones se iban deshaciendo una por una. Aún era muy joven, pero se daba cuenta de las cosas más rápido que alguien de su misma edad por eso saltaba para olvidarse de aquel hecho amargo.
Tarde
yohanapizarro1502
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