Era de noche en la ciudad de Santiago y la plaza cerca de la casa de Manuel estaba desierta, no se escuchaba ningún ruido a parte del canto de una mujer que entonaba canciones de opera a eso de las dos de la madrugada. El niño siempre había tenido curiosidad acerca de aquel bello sonido, sin embargo, nunca se lo había dicho a nadie pues quería guardarlo como un secreto para sí mismo. Así que cuando tuvo la edad de salir de noche aprovecho la oportunidad y quiso ver con sus propios ojos lo que había escuchado por tanto tiempo, pero no encontró a la mujer. Aunque sus oídos la escuchaban.
Opera de madrugada
yohanapizarro1502
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