El sudor frío corría por la frente de Manuel mientras aguardaba dentro de su casa la llamada que le indicara que estaba seguro. La persecución fue incansable, pero había logrado burlar a sus perseguidores. La señal era clara : “ no abras la puerta si no escuchas cinco golpes seguidos de un silbido”. No recordaba bien porque era perseguido, pero solo sabía que debía sobrevivir para ver mejores días.
No abras la puerta
yohanapizarro1502
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