De nuevo corría por los callejones de la gran ciudad siendo perseguida por un persecutor indefinido, sin embargo, sus ojos grandes y de un color rojizo era lo único que Ana podía percibir de aquella extraña entidad. Estando fuera de su corazón, pero metido en su mente con la intención de devorar todo de ella, entonces tropieza y es su fin. Pero al parecer no lo es pues la criatura se difumina cuando una mano amiga y un beso en su frente la despierta de su pesadilla que se ha vuelto recurrente.
La criatura
yohanapizarro1502
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