La bestia negra se alimenta de sueños frustrados, de aquellos “podría ser” o “sino fuera por las circunstancias”. Se encamina hacia confesiones fallidas en las que una de las partes es rechazada fulminantemente. Su alimento favorito son las lágrimas de desesperanza y frustración como si fueran el más exquisito manjar. Se mueve de noche y día buscando a las presas que le darán su alimento. No hay una sola bestia negra, sino que son varias y se encuentran en cada callejón o callejuela que pudieran imaginar, siempre esperando a quienes deciden tirar la toalla definitivamente brindándole a nuestra bestia el sustento.
La bestia negra
yohanapizarro1502
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