Marta tenía una costumbre con su amiga desde que ambas eran pequeñas y eso era comer pequeños fragmentos de sol. Llamaban de aquella manera a un tipo especial de dulce que vendían en la tienda cerca de sus casas. Por cosas del destino ambas se distanciaron después de que Marta tuviera que mudarse. Pero la costumbre de comer esos dulces permaneció hasta que se encontraron nuevamente. Y cuando se vieron la una a la otra después de tanto tiempo no se saludaron con palabras sino que sacaron de sus bolsillos aquellos deliciosos dulces amarillos para compartirlos juntas esa tarde.
Fragmentos de sol
yohanapizarro1502
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