Un monstruo cuya piel era peluda y de un hermoso color violeta se sentaba siempre a contemplar el cielo nocturno. Las estrellas eran brillantes y relucían de hermosa manera haciendo que el monstruo se sintiera pleno. Pero había algo que detestaba y eso era la presencia de la luna acompañando a los astros. La odiaba pues ella podía estar al lado de esos luceros centellantes mientras que él tenia que estar en la tierra. Su envidia era tan grande que disfrutaba mucho y se regocijaba cuando esta estaba en la fase en la que parecía desaparecer.
Envidiando la Luna
yohanapizarro1502
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