Eran las ocho de la noche en las afueras de la ciudad, todo estaba tranquilo hasta que dicha paz fue interrumpida por dos ladrones que buscaban infiltrarse en la mansión del señor Lascelles. Con paso sigiloso se acercaron a la puerta para tratar de forzarla y grande fue su sorpresa al encontrarla abierta. Caminaron hacia el interior y encontraron al dueño de la mansión sentado justo en el recibidor. Este solo les sonrió y les dio la bienvenida antes de que comenzará el horror pues este hombre se transformo en un gran perro negro que despedazaría a sus victimas no por primera vez.
Cuidado con el perro
yohanapizarro1502
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