Había una vez un señor, cuyo nombre se perdió en el tiempo, el cual detestaba a las personas a quienes les gustaba el rojo. Este personaje gritaba a todo pulmón que los amantes del rojo estaban enfermos y que sus gustos iban en contra de la divinidad máxima. Según él hablar con aquellas personas era un desperdicio de tiempo y por ende eran merecedores de todo el repudio. Ni siquiera sabía que la figura divina a la cual adoraba nunca discrimino realmente a aquellos amantes del rojo.
Amantes del rojo
yohanapizarro1502
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