Diva

Entonces se peinaba su cabello frente al espejo y se ponía cintas de seda entre aquellos rizos que la caracterizaban. Se puso labial y se pinto las uñas de un color que evocaba aquellas novelas que le gustaba leer. La música de antaño surgía de la radio que tenía en la sala de estar y sus gatos dormían plácidamente en el sillón de mimbre. Loreto tosió fuertemente pues su garganta estaba reseca después de tantos años en los que canto en aquel cabaret. A pesar de que ya no tenía las mismas fuerzas todavía brillaba como la diva que era.